El último vuelo de la gacela Esmeralda.
Alex Quiñonez vivió tan rápido como se marchó. Volaba. Era el hombre más rápido de Sudamérica. Sus talentos eran realmente asombrosos. Por eso en las Olimpiadas de Londres y en el Mundial de Atletismo, este atleta de Oro sorprendió a propios y extraños. Desde la cancha mal hecha del Folke Anderson, a la pista sintética de Inglaterra en las Olimpiadas, no corrió mucha agua bajo el puente. Solo la necesaria. Y es el que el niño morenito e inquieto que soñaba con llegar a Guayaquil y vivir en casa de cemento con su madre, además de ser futbolista, no sabía que su futuro era ser un atleta de elite. Y lo fue… Que pasó después, para que sea apartado del equipo olímpico, es algo que aún duele. Y si él tuvo o no alguna responsabilidad, ya no es hora de señalarlo. Bastante que lo hicieron en vida. Alex Quiñónez se fue al cielo luego de ser atacado por sicarios mientras compartía con un cantante de música urbana. Quizás estuvo en el sitio incorrecto esa noche. Pero como saberlo, si lo que realmente importa es que muere solo el hombre que le dio a Ecuador varias medallas de Oro. El amigo perfecto, dicen los que lo lloran. El hijo de lujo dice la madre. El novio adorado dice su enamorada. Y Ecuador y sus dirigentes deportivos ven de lejos. Ojalá les quede la lección aprendida. A un atleta NO SE LO JUZGA. NO SE LO ABANDONA. NO SE LO SEÑALA. SE LO APOYA. Y se lo entiende. A Alex Quiñónez le sobró talento. Le faltaron guías deportivas. ¡Descansa en paz gacela! Tienes la medalla del amor de tu pueblo.

LASSO EL GANADOR ESPERADO
A Guillermo Lasso las cosas no le fueron bien al inicio del 2021. Un primer titubeante debate donde un suspicaz Isidro Romero intentó ponerlo contra las cuerdas, no era el mejor presagio. Pero analítico y cauto este felino de las finanzas puso su visión en Carondelet y unió a la derecha para batallar contra el que todos aseguraban ganaba 3/0. En el camino se quedaron, desde Nebot que no se postuló, ni el millonario Noboa a quien sus enemigos se unen para no dejarlo terciar para la presidencia. Yaku Pérez se quedó con las ganas y un pelito le impidió llegar a las finales de las elecciones. No solo eso. Lució desesperado e incoherente. El país ya había soportado demasiado a Moreno. Se necesitan cambios en la economía y menos show. Lasso llegó a la finalísima junto a Andrés Arauz, un profesional con más pergaminos que ganas. También incoherente. Correa escogió al peor. Se pudo decidir por Marcela Aguiñaga, Paola Cabezas, Ronny Alega. No. Su delfín fue este hombre que, al inicio por su juventud, captó simpatía, ni tanto por él, sino por el líder de centro izquierda, sí, Rafael Correa, todo se canaliza por él. Arauz lució además de muy confiado, terriblemente torpe. Era como si quería perder las elecciones. Spots lerdos y cansinos e incoherentes. Ese comercial donde apareció estilo Kiko jugando fútbol con algunos ex seleccionados, fue el inicio de la debacle. Sus puntos en las encuestas bajaban de picada. En el debate final lució malcriado. Lasso le ganó con aplomo y sonrisas. Y aquel slogan de “Andrés no mientas otra vez” fue el inri del delfín de Correa. Lasso ganó ampliamente las presidenciales y Andrés ha desaparecido de la escena.

Efraín, una muerte con más preguntas que respuestas.
Enero: Asesinado a sangre fría, a pocas cuadras en el norte de Guayaquil. Una mañana lluviosa, friolenta, como las malas noticias. El animador de Ecuavisa se proyectaba más en sus redes sociales, que en la misma estación donde trabajó hasta el final de sus días. Varios disparos de una tropa de sicarios juveniles mandaron sus sueños a la nada, y un país que, con tapa bocas, no daba crédito a lo que los noticieros informaban. Había muerto el galán de la TV. Luego de eso sobran las hipótesis, abundan las sospechas, arrecian los señalamientos, y se agrega que Fundamedios dejó de considerarlo un atentado contra la libertad de expresión. Pero en la revista VITO TE LEO respetaremos siempre la trayectoria y la memoria de un hombre que, para su familia, era su pilar. Hasta el cierre de esta edición se suspendía una audiencia en la Fiscalía, por amenaza de bomba. Que su alma encuentre la paz, que el alma de Efraín descanse ya. Y ese requerimiento lo hacemos extensivo a los productores del programa en el que el fallecido laboró. ¡Ya déjenlo descansar!

Canal Uno, bajaron el telón.
Todos los que estamos en los 40 años de edad, y pico o menos, recordamos la señal de CRE TV a inicios de los 90, con una rutilante Yesenea Mendoza animando ‘Al ritmo de la noche’, y a Úrsula Strenge con Jorge Madinya en el Bigote Rosado. Luego el blanquero Aspiazu compró ese canal y lo hizo inmenso. Con estudios como los de Televisa, decían. Se llamó SiTV fue construido como un cajón al lado del estero salado en la Kennedy Norte, y su ostentosa publicidad era sembrada en enormes vallas de las siempre calientes calles de Guayaquil. Y ya en ese canal grande se notaba que había plata, y con buenos equipos, surgieron nuevas figuras. Y de paso les robaron las figuras a los otros canales. Pero la debacle bancaria del año 99, llevó a la quiebra al SiTV… y a su dueño a la cárcel y digo quiebra, porque no me sale otro adjetivo. Y fue la curia la que se adueñó de esa señal. No sabían qué hacer con un canal de TV grande. La hicieron aburrida. 7 horas de misas por día. Hasta que… Los Rivas que mandaban en Gamavisión, y con el experto de la TV Don Marcel a la cabeza, comprar el canal y le pusieron Canal 1. Su fichaje más grande fue Marián Sabaté, 10 mil dólares mensuales cobraba por animar un programa variopinto todas las noches. La producción del Canal Uno fue variada y competía con los grandes. Todo el mundo llegó a tener programas ahí. Todos tenían camello. Y bien pagados. Y bien tratados. Los Rivas nunca fueron inaccesibles. Esa buena pega le duró al canal unos 15 años. Luego por razones que no se conocen bien, llegó el tsunami y dejaron de pagar sueldos a los empleados. Ya la contadora no daba la cara, dicen. Y su único programa que facturaba BLN de aburridos, hasta empezaron a casar a los chicos entre ellos. Era el inicio del fin. La pandemia llegó en el peor momento. Puso el inri final a una serie de problemas contractuales y laborales. Los Rivas no regresaron a el canal, pero sus abogados decían que todo se va a solucionar. El 2021 marca el apagón de un canal que trae lindos recuerdos. Justo 20 años después de su compra. En general, y luego de que superen sus problemas, todos deseamos el regreso del Uno. Porque «nada como uno».

¡Úrsula Strenge, Marian Sabaté, Mafer Ríos, Carolina Jaume y Santiago Gangotena demostraron que la edad son solo números!
El colágeno fue el ingrediente más buscado por quienes y para quienes el amor les había sido esquivo en fechas recientes. O el trabajo radical les había llenado la agenda. La primera en decir soy soltera y hago lo que quiero fue la concejala y posicionada por Angello Barahona como la “Reina de la Mañana”, la bella Úrsula Strenge. Era junio y una calculadora foto en redes mostrando manitas juntas con el ex notero BLN Isaac Delgado, les permitió gritar su amor a los 4 vientos playeros, y de paso resucitar algo, al programa más muerto y turrito de la mañana. Tremendo notición no supo ser aprovechado por los productores de ese maltrecho espacio. Úrsula terminó yéndose con su música a otro lado donde hacen mejor las cosas. Luego está Marián Sabaté, si acaso el currículum más extenso de todas, incluye temas del corazón. De pronto se amarró con el chévere de la parada 8, cuyo nombre ya nadie recuerda. Cocinero de profesión y con más problemas que dinero, la relación con la rubia apenas duró un estornudo. Colágeno con ajinomoto. Hoy se detestan. El pide ahora canjes en chifas. Mafer Ríos no se quiso quedar atrás y encontró amor y calor en brazos de un coquetón profesional ex chico reality y casi youtuber colágeno disperso. Al parecer el asunto tiene futuro. Ambos viven juntos. Si. En la casa de ella. Santiago Gangotena es harina de otro costal. Raudo e intelectual, ni se le notan las casi 80 primaveras. Al lado de su casi cincuentona colagenera de Macarena Valarezo no desentona. Es delgado, alto y hace bicicross. Que sea muy rico no es un detalle que nos importe. ¡Feliz colágeno! ¡Perdón feliz año!




ÓMICRON EL NUEVO VILLANO
Por: Angello Barahona.
2021 fue para muchos países, el año de la reactivación. Los vuelos aéreos volvieron a surcar los cielos. El PIB se disparó en algunos países. USA volvió a ser el escenario de los grandes espectáculos. De todo tipo. La llegada de la variante Delta asustó, pero no paralizó. El fin era superar el mal año 2020. Y se logró. En parte. En lo que se refiere al Ecuador, el triunfo de Guillermo Lasso, tranquilizó los mercados bursátiles. Los estadios de fútbol, empezaron a recibir hinchas. Barcelona se quedó, pero la selección nacional que es como la tía buena, le fue bien. A las cansadas. ¡Pero si vamos a Qatar!. Y las discotecas son un vago recuerdo, pero nacieron los restobares. ¡Digerir una costilla, mientras algún cantante de los años 80 te chilla en el oído marejada marejadaaaaa! ¡El amor no está en tu almohada!, se convirtió en Guayaquil al menos, en la tendencia para el desestrés. Todo iba más o menos bien. Lasso nos hizo una chilena con lo del precio de la gasolina, y medio nos hicimos los que no nos dimos cuenta, todo sea por la paz. Aunque el señor tractorcito nos quiera incendiar la capital de vez en cuando. En especial cuando no está en la Yoni de vacations. Pero en noviembre hizo su entrada lenta pero temida, la variante más peligrosa del de por sí peligroso virus Covid-19. La OMS se encarga de ponerle nombres de pila. Los enfermos y los cadáveres los pone el planeta. La llegada de la Navidad y los vuelos que circulan los cielos del mundo rápido llevaron el Ómicron de Sudáfrica, a Europa, y de allá al resto. Ecuador que de vez en cuando lidera lo malo, fue el segundo país de Sudamérica en confirmar los casos de Ómicron. Hoy el virus ya es comunitario. Los casos se cuentan por decenas y se espera, para mal, que lleguen olas y picos de este virus que una vez más, nos pone de cabeza. Dentro de lo malo, los científicos del mundo y las estadísticas recientes dejan entrever que Ómicron es menos letal que otras variantes, pero eso sí, 70 veces más contagioso. ¿Que vendrá luego? La humanidad vive días de inquietud. Pero sobresalen siempre, las ganas de trabajar. Salud y salud en el 2022. Ómicron. ¡Vete ya!
