La exitosa empresaria mantense sigue luciendo hermosa y con una personalidad luminosa. “La Miss Ecuador” le llaman las amigas más cercanas. Conversamos con la también denominada Reina del atún en su restaurante situado a pocos metros del área bancaria de Manta.
Cuando Ud. fue elegida a Miss Ecuador, solo tenía 16 años. ¿Le tocó viajar sin sus padres?
No para nada. Viajé a Japón donde se realizó el Miss Internacional con mi madre, y una amiga de la familia a quién la designaron como mi chaperona oficial.
¿Cómo fue su llegada a Japón?
Imagínese, siendo ya tan niña y cruzar el mundo. Aún no existían las redes sociales ni el internet, no existía el facilismo de la moda que ahora nos llega al instante. Llegar a Japón y encontrarme con las otras candidatas, algunas con moda muy llamativa, botas altas, mujeres de más de 20 años. Pero yo siempre me sentí muy segura y feliz de la nueva experiencia.
¿Usted iba con el ánimo de ganar, o le daba lo mismo?
Llegar a ser Miss Ecuador me abriría las puertas para hacer trabajo social, ganar en el exterior no era algo que me interesara demasiado. Era un concurso de mujeres ya más adultas, modelos profesionales, altísimas. Recuerdo a la Miss Italia y a la Miss Francia, pero yo siempre fui una luchadora y estuve a la altura de las circunstancias.

Debe ser por esa inolvidable participación que aún la gente la recuerda. ¿Cómo le hace sentir a Ud. ese reconocimiento?
Muy feliz, imagínese Ángello yo vivía aquí muy cerca de donde estamos ahora y pernoctaba en la casa de mi familia materna. Al Cruzar este parque las personas muy respetuosamente me decían “buenos días Miss Ecuador”. Y 40 años después muchas de esas personas o sus hijos, me saludan igual. Obvio que son cosas hermosas.
Y cuando Ud. fue Miss Ecuador, ¿estaba enamorada?
No, solo tenía pretendientes. A todos les decía si y aceptaba sus saludos, pero nada más allá de eso.
¿Es verdad que siendo Miss Ecuador conoció a Don Mario de De Genna?, ¿Su esposo?
No, fue después, ya no era Miss Ecuador. Luego me casé y a la par hice una vida empresarial y me convertí en Reina de mi hogar.
“Lucía Fernández de De Genna, perseveró hasta convertirse en la Reina del atún y ejemplo vivo de mujer, pionera en negocios internacionales, de vida ejemplar y siempre referente de ética y servicio social. Una verdadera Reina”.